En el caso que nos ocupa, lo primero es la elección de un lugar adecuado para el establecimiento del proyecto, aunque luego se intente que el proyecto pueda ser aplicable y desplazable a otros sitios.
Como lugar, se va a elegir un espacio público, o un espacio privado que lleve bastante tiempo sin ser utilizado y que sea fácilmente accesible (teniendo en cuenta que el uso que se va a hacer es temporal).
Primero, vamos a ver qué matices presentan los espacios públicos y los privados.
Según la RAE, “público” significa: perteneciente o relativo a todo el pueblo, o común del pueblo o ciudad.
Sin embargo, “privado” significa: particular y personal de cada individuo, o que no es de propiedad pública o estatal, sino que pertenece a particulares.
Hasta aquí, nada nuevo. Sin embargo, se pueden apreciar varios matices. Mientras que en prácticamente todos los casos se puede determinar que espacios son privados y cuales son públicos, en algunos casos puede ser más complicado determinar si un espacio es público o privado. En “La ciudad desdibujada”, se comenta que algunos especialistas no consideran espacios públicos algunos espacios que la mayoría de la gente sí lo hace. Por ejemplo, un especialista llega a afirmar que en Los Ángeles no hay espacio público, sino que hay espacios colectivos de flujo (autopistas urbanas) y espacios comunitarios de identificación.
Aparte, los espacios tienen un carácter, es decir, un espacio privado puede tener carácter público, por ejemplo un solar sin vallar, o un espacio público puede tener carácter público, si es un lugar bastante aislado y sin visibilidad, por ejemplo.
De todos modos, el objetivo será localizar un espacio público, y en el caso de que no fuera posible, algún solar.
Ejemplo de lo que se pretende obtener:
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