lunes, 30 de enero de 2012

DECLARACIÓN DE INTENCIONES


DE LA AMBIGÜEDAD A LOS “ESPACIOS GRISES”  DE LA ARQUITECTURA

                La lógica aristotélica es la que rige nuestro pensamiento moderno. Su principal axioma se basa en la teoría del tercio excluso: o A o NO-A.  Sin embargo, los razonamientos que usamos cotidianamente para entendernos son vagos aunque coherentes y llenos de significado pleno para nosotros. Términos como “más o menos”, “un montón” o la paradoja del vaso medio vacío o medio lleno así lo evidencian: si vemos un montón de arena, sabemos que es un montón aunque no podamos decir con exactitud cuantos granos de arena hay.  Es así que utilizamos diariamente una lógica cuyo axioma se parece más a la afirmación A y NO-A, es decir, la lógica borrosa. La ambigüedad hecha pensamiento.

                Bart Kosko, escritor y profesor de Ingeniería en la Universidad de California, menciona este término de la lógica borrosa en alguno de sus estudios: “Llamo a este problema el problema de la discordancia: el mundo es gris pero la ciencia es blanca o negra. Hablamos de ceros y unos; la verdad, sin embargo, cae entre ellos. El mundo es borroso (…) los enunciados acerca del mundo son borrosos, multivalentes, “grises””. Y añade: “Las cosas borrosas se parecen a cosas no borrosas. A se parece a NO-A. Las cosas borrosas tienen con sus contrarias fronteras vagas. Cuanto más se parece una cosa a su contraria más borrosa es. La mayor borrosidad se da cuando una cosa es igual a su opuesta: el  vaso de agua medio lleno y medio vacío.  

                Después de esta breve explicación, extrapolaremos esta lógica borrosa a la definición de la arquitectura, mas concretamente al concepto de contorno o límite de la misma. Calduch, profesor de esta universidad, escribe: “Pero este límite no es algo que este definido de una manera tajante, sino que es sustancialmente ambiguo, borroso. Puede existir en algunos aspectos y carecer de otros, puede tener relevancia en un sentido y pasar desapercibido en otro. Puede cambiar, transformarse; puede constituir un límite real contra el viento y no existir dicho límite para la luz, o viceversa; puede ser claramente sentido perceptivamente y sin embargo no estar conformado por ningún elemento real o físico”


DEL MURO PORTANTE AL PLANO LIBRE, DEL PLANO LIBRE AL PLANO INMATERIAL

El límite de la arquitectura estaba supeditado al muro grueso portante que generaba una definición férrea de su contorno; el espacio interior y exterior eran algo completamente distinto separado físicamente. Cuando la función portante se separó de su función distributiva esta relación del límite se hizo más flexible; la piel o cerramiento se independizó de la estructura por lo que se pudo horadar hasta hacerla inmaterial: el límite se hizo transparente.


TRANSPARENCIA LITERAL Y FENOMENOLÓGICA

La transparencia literal tiene que ver con las características físicas del material de cerramiento como la translucidez o transparencia además de los correspondientes juegos de reflejos y el imponente papel que juega la luz en la relación del interior con el exterior. Un ejemplo de este tipo de transparencia sería la casa Farnsworth de Mies Van Der Rohe: es la reducción de la arquitectura a dos planos que atrapan una porción de espacio ya que el límite vertical que constituye el muro de vidrio apenas si se percibe. La permeabilidad visual es absoluta, la fachada de la casa es el paisaje mismo que la rodea.

La transparencia fenomenológica se caracteriza por la inexistencia de un material que separe sino que es la propia composición de espacios, el juego de llenos y vacíos la que hace perceptible esta división. Así las relaciones visuales fluyen en un espacio continuo: el uso de desniveles en el plano horizontal, o prologar los aleros y generar concavidades en fachada (el límite es la diferencia de claridades). Este tipo de recurso (manejo de vacíos y llenos, prolongación de aleros, tamices, etc.) genera una arquitectura del todo cambiante (de contorno ambiguo), ya que la luz se cuela filtrada y varía la percepción en función de la hora del día y del punto de observación. La fachada del ayuntamiento de Murcia de Rafael Moneo sería un ejemplo.




         

  EL LÍMITE AMBIGUO DEFINIDO POR  LA LUZ: EL ESPACIO INTERMEDIO

El espacio intermedio resulta cuando el contorno se hace ambiguo: ¿Qué se considera dentro? ¿Qué se considera fuera? El espacio intermedio es prolongación e intersección de un punto medio, del espacio interior y exterior, con las características perceptivas de ambos. En ausencia de paredes físicas, las “paredes” se generar por diferenciación de luz, por gradiente de luminosidad; todo aquello que quede bajo la luz (a la intemperie) podría considerarse exterior. Estos espacios, donde exterior e interior adquieren un valor ambiguo, son generados por la superposición y combinación  de diferentes planos de naturaleza muy diversa (columnas, aleros, patios, pórticos, cañizos…).

Podríamos decir que los contornos formados por estas características definen recitos ambiguos que fluyen o se disuelven en determinadas direcciones creando zonas que participan a la vez de su condición de interior (en determinados aspectos) y de exterior (en otros). Mi intención es profundizar más en el tema de los espacios grises o intermedios en la arquitectura y el papel que juegan en la definición de su contorno.

Enlaces de interés:
http://www.arquired.es/users/revista/e_jap_ri.htm (análisis de lo oriental y ambiguo en las obras de Mies Van der Rohe)

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