Mi
proyecto parte de la idea de vacío dentro de la súper-ciudad. Con vacío me refiero a espacios indefinidos, sin
identidad e improductivos que se muestran obsoletos en la ciudad.
La
arquitectura es el receptáculo de las
actividades humanas, y así, estos espacios sólo sirven cuando hay personas
realizando actividades que lo utilicen.
Hablamos
entonces de la idea de simbiosis, que implica una relación de necesidad mutua
y que sugiere situaciones y productos ambiguos. Simbiosis del espacio, usuario y arquitectura. A partir de aquí trato de analizar los
parámetros que definen esta simbiosis, las fases de crecimiento, las etapas,
las tipologías.
Se
trata de un estado de mutualismo en el cual los tres componentes son
beneficiarios de los recursos de los otros, generando así una serie de espacios
que permiten la perfecta y correcta función de estos.
Tal
como se ha dicho antes, las actividades de las personas vitalizarán el vacío,
por lo que dependiendo de la actividad que se vaya a dar y la energía
utilizada, requerirá una mayor o menor espacialidad y permeabilidad, por lo que se generará un tipo u otro de
espacio.
Hay dos
tipos de simbiosis, la ectosimbiosis en la cual los simbiontes viven uno encima
del otro, y la endosimbiosis en la cual vive uno dentro del otro.
Dependiendo
del grado de privacidad hablamos de espacios públicos y espacios privados.
A fin
de definir estos espacios, entendemos esta envolvente como una cuadrícula,
cuyos puntos de intersección son puntos de movimiento que permiten la creación
de diferentes espacios y sensaciones. Espacios
que crecen mediante un desarrollo continúo, que pueden conectarse, mutar,
adaptar constantemente.
Es así
como se establece una serie de situaciones. Situaciones que se adaptan a cada
tipo de usuario, mediante los diferentes grados de permeabilidad.
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