He estado pensando en la relación entre el usuario, el espacio a reutilizar y la arquitectura, en cómo interactúan entre ellos y como se adaptan.
Estudiando la idea he llegado a la conclusión de que hay dos opciones de hacer que se adapten: disminuyendo la diferencia entre ambos al punto de crear una fusión indistinguible, un verdadero hibrido o yuxtaponiendo estas dos fuerzas de tal manera de que preserven sus identidades y al mismo tiempo formen un todo inseparable en el cuerpo arquitectónico, una simbiosis.
La interpretación de simbiosis del arquitecto japonés Kisho Kurokawa me resulta útil para mi proyecto. De acuerdo con Kurokawa, simbiosis implica una relación de necesidad mutua entre diferentes entidades en la cual puede existir competición, oposición, y lucha en tanto y en cuanto hay elementos y valores comunes que mantienen la continuidad de la interacción. Kurokawa explica, “el concepto de simbiosis se refiere básicamente a un pluralismo dinámico que no busca reconciliar opuestos binarios a través de la dialéctica…sino que sugiere situaciones y productos ambiguos, guiados por situaciones estocásticas, y llenos de multivalencias y contradicciones.”
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